lunes, 20 de noviembre de 2017

Figuras de la fábula


El ángel de lo diminuto

El ángel de lo diminuto sueña
en pequeño. Vive en el ojo
de una aguja de coser.

La aguja está en una lata que fue
de galletas. La lata, en un cajón.
El cajón en un mueble de la casa.

Antes de dormirse, en el capullo
de su oscuridad, enciende en la noche
un cigarrillo para ver el hilo

de humo rodar más allá del delgado
óvalo de acero que es su morada
y la ínfima brasa y a sí mismo

como si estuviera al borde del tiempo.

En el otro borde, el mundo y sus cosas
terribles pasan todo el tiempo, deja
a veces niños muertos en la arena.

Cosas que, aun para su eternidad
de ángel son monstruosas y se ciernen
sobre las ciudades caparazones

de los hombres y mujeres a quienes
ha visto deformarse de dolor
de ira, de espanto, de aburrimiento.

A fuerza de impotencia ahora es
un artista contemplativo, que une
lo útil a lo agradable: el humo

y un dolor que piensa pero no siente.




domingo, 12 de noviembre de 2017

Te oí decir



A pocos días del comienzo
del invierno presumimos
que, como siempre pasajero,
la estación quieta de la niebla
se abriría a nuestra habitual
preferencia por lo verde
y sin embargo, no. Me fui
apagando y no sé por qué.

Un silencio de blanca cuando
 veíamos salir la luna
y un vacío de gravedad
justo en la boca del estómago
incluso en las noches más frías.
Esos minutos pueden ser
La vida y sin embargo, no.
Me fui apagando y no sé.