domingo, 28 de febrero de 2016

Para "Fragmentos de una serie..."

Dibujo de Rafael Araujo

VI

¿Si pongo mi pierna sobre tu pierna
y siento la sombra de terciopelo
que avanza, que cubre, que ahoga pero
desde adentro, y luego antes de hundirme,
se filtra por un vértice del sueño
todo un lago y en vez de un cisne, un gallo
que avisa que hay más y que en la vereda
un hombre pasa con un pan al hombro?


VII

Converso con vos como si tuviera
todo el tiempo del mundo. En la hora
pasan barcos a vapor, una idea
que nunca habíamos pensado, platos
con uvas, Orión aquí y el fantasma
de la Osa que nunca viste allá .
Como una estúpida te digo “Basta.
Mañana tengo que ir a trabajar”.


lunes, 22 de febrero de 2016

Two Trees - Don Paterson


Dos árboles

Don Miguel saltó un día de su cama
con una idea en su cabeza bien plantada:
injertar su naranjo en el árbol de limón.
Los desenterró y les podó un lado primero,
luego los ató, y en eso se le fue el día entero.
Por  pavor o por vergüenza, ese año
nada dieron, pero un día amanecieron
dos luces entre las hojas oscuras.
Pasó el tiempo y sus ramas se ceñían
tanto, que doble parecía el fruto
y todos los chicos del pueblo llegaron a saber
del mágico árbol que crecía en el patio de Miguel.

El hombre que compró la casa nunca había tenido un sueño.
Por eso, quién sabe cuál malintencionado empeño
lo hizo blandir el hacha, dividir el tronco en dos
por la unión de la costura y luego cavar dos hoyos.
Y no, nada pasó: no murieron de soledad
ni estériles fueron sus frutos
ni sus flancos lastimados lloraron en primavera
a cuatro metros de distancia por todo lo que perdieron;
ni torcieron sus raíces para tratar de alcanzar
un vacío y revuelto abrazo que el otro no podía dar.
Árboles eran y ellos no gimen ni sufren ni claman
y al fin de cuentas este poema de árboles trata.



TWO TREES

One morning, Don Miguel got out of bed
with one idea rooted in his head:
to graft his orange to his lemon tree.
It took him the whole day to work them free,
lay open their sides, and lash them tight.
For twelve months, from the shame or from the fright
they put forth nothing; but one day there appeared
two lights in the dark leaves. Over the years
the limbs would get themselves so tangled up
each bough looked like it gave a double crop,
and not one kid in the village didn't know
the magic tree in Miguel's patio.

The man who bought the house had had no dream
so who can say what dark malicious whim
led him to take his axe and split the bole
along its fused seam, then dig two holes.
And no, they did not die from solitude;
nor did their branches bear a sterile fruit;
nor did their unhealed flanks weep every spring
for those four yards that lost them everything,
as each strained on its shackled roots to face
the other's empty, intricate embrace.
They were trees, and trees don't weep or ache or shout.
And trees are all this poem is about.

domingo, 14 de febrero de 2016

Poemas de Franco Rivero




Franco Rivero (1981) nació y vive Corrientes. Estos poemas pertenecen al libro vos ahora voz (Ediciones Deacá, Villa Mercedes, 2014), título en el que se atan dos motivos que tejen el poemario: el amor y la poesía. Una de las peculiaridades de este conjunto es el que los poemas están ordenados en una linealidad temporal; de allí que cada uno de ellos se enriquezca con ese contexto, apenas esbozado por los otros poemas. Leemos una historia de amor que se deshace y junto a ello, la soledad, los recuerdos, pulsados en las distintas cuerdas de una introspección que se mantiene bien anclada en escenas vívidamente cotidianas. Quizás sea este el rasgo que sella la identidad de su poética: el escritor tira la línea cuidando que el anzuelo quede apenas bajo el agua. A ese nivel busca y encuentra el poema, manteniendo una leve distancia irónica que no pierde nunca de vista la sencilla exposición frontal.


Preparo la cena

riña doméstica si las hay
la de escucharte
hablarme fuerte
mientras cocino
sin romper los platos
ni tirar nada
picar respuestas
con la cebolla
el morrón
el ajo
la verdad que no hacía falta
trozar así ese pollo

más tarde
dormiremos juntos
me vas a abrazar
voy a abrazarte
haremos
más que eso
mentiremos
que hacerlo con esa energía
significa
mucho


            ***

así es esto
el corazón pagó de más
todo el tiempo
el corazón
pagó

ese amor
que queda mal no tener
ni ofrecer
ni dar
fue todo
deudas
fue puro
barajas


            ***


en tus brazos las cosas siguen
siendo difíciles
pero la idea
de tus brazos
hace las cosas simples

no están tus brazos
la idea sí
mis cosa son
como no son


            ***


viste que hay personas
que tienen el corazón como un hogar
que aun sin creer en la palabra
hogar
ese corazón te gusta

bueno
eso

así de simple

miércoles, 10 de febrero de 2016

Jorge Leónidas Escudero (Cómo respiran tus versos, poeta)

in memoriam           


Ventura

Fue lejos lejos. Me daba por las piedritas
desas bonitas que juntaba para
todavía tener algunas.

Niño cuidate decía mi mamá, no
traigas más porque algún día
buscándolas en el campo te vas a perder.

Así fue una vez. Buscando,
a los cerros de Zonda subí sin darme cuenta
y como bajar es difícil
se me hizo noche sin luna.

Me quedé ncerrao
y unos zorros ladraban susto grande pero
con la luz del día pude bajar.
Al volver a la casa me esperaba
un gran revuelo de gente en el camino,
todo el barrio había salido a si me hallaba.

Esa fue la primera gran ventura
por amor a las piedras cosa rara
porque todavía no se me cura.
Ahora camino en plena ciudá
mirando el suelo a ver si.

(de Caza Nocturna, Ediciones en danza, Buenos Aires, 2007)


Ante la inmensidad

Fue alguna de esas noches en que miraba cielo
en lejanías sobre campo oscuro y vi
cruzárseme un relámpago lejano. Fue tal
como ver chispear una idea
en el umbral de otro mundo.

Es como si en el fondo del desierto hubiera
querido hacerse luz una verdad pero
pasó fugaz y quedé a oscuras.

Parece que la inmensidad
quiere decirme un secreto y al ver
que todavía falta mucho en mí
queda muda.

(de Atisbos, Ediciones en danza, Buenos Aires, 2012)

domingo, 7 de febrero de 2016

Fragmentos de una serie (...así me gustaría que se llame el próximo libro)


                        I

Te dejo el jardín y el pasto cortado.
No vas a ver caer lluvia de estrellas,
pero cuando cae la lluvia el silencio
se anuda a los tallos y despacito
parece que te ahoga. Imagino
la noche y te imagino a cubierto,
desplazado, ajeno. Deberías
salir, mojarte un poco y entregarte.


                        II

Yo también busco ver el otro lado,
pero las más de las veces me quedo
en este: la superficie de sombra
o de luz por donde ruedan las gotas
y gira el tiempo. Me falta tesón
quizás, o quizás me sobre inquietud
y entonces salto de lo máximo a lo
mínimo como la gata cuando caza.


                        III

Todos sabemos que allá están los álamos,
el pino, los viejos fresnos y el cerco
de jazmines. Bajo la lámpara
y su acotado círculo de luz
amarilla, engarzamos historias
en la cena, y cuando en lo alto ellos
juntan sus melenas verdes, nosotros
oímos solo algo como viento.


                        IV

La causa flota incierta y sin embargo,
alterado el léxico de las células
en un plano interno, en el externo,
yo la vi llorar cuando estaba sola
una tarde y otra en la cocina
aislada en su tristeza incomprensible.
Un cambio de código en la materia
tal vez en un momento en que reía.


                        V

Se sabe de memoria el movimiento
del día en la parcela que le toca:
la hora en que la luz da en la ventana,
cómo es que aletea el colibrí macho
y el olor de la tierra cuando riega…
Esas cosas que no son cifra de otras
cosas, que estando dentro están afuera
un poco a salvo del crujir del mundo.